Billy Graham, el amado evangelista y respetado hombre de Dios, nunca vaciló en cuanto a su propósito declarado: ayudar a las personas a encontrar una relación personal con Dios a través del conocimiento salvífico de Jesucristo. Este llamado se hizo cada vez más intenso y Billy lo asumió completamente durante su ministerio activo y más allá de este. Sin embargo, como hacen tantos otros hombres, Billy se dedicó a su oficio sometido simultáneamente al llamado igualmente importante de ser un amoroso esposo y padre.

Mientras a Billy Graham se le conocía principalmente como el pastor por excelencia de Estados Unidos de América, Franklin Graham lo conocía de otro modo, como su padre. Y mientras las generaciones actuales y las futuras llegarán a sus propias conclusiones sobre Billy Graham y el legado de su compromiso con Cristo, nadie puede tratar el tema más detallada y seriamente que un hijo que se crio bajo la sombra de la vida de su padre y del ejemplo de su amor. El libro "Por los ojos de mi padre" vulnerable presenta tanto a Billy Graham el evangelista como a Billy Graham el padre; y cómo impactó la vida de su hijo que siguió sus a la vez que forjó su propia identidad, encabezando ministerios alrededor del mundo, todo ello sobre el fundamento de las lecciones cruciales que su padre le enseñó.

«Mi padre dejó un testimonio», dice Franklin, «y un legado que no quedó enterrado en una tumba, sino que sigue dirigiendo a las personas a un destino celestial. El Señor le dirá a él y a todos los que le sirven obedientemente: “Bien, buen siervo y fiel” (Mateo 25.21)».